+54 11 3326 9835
contact@formandart.com
11 a.m. to 19 p.m. GMT


Biografías: Carlo Crivelli (1430-1495)



El conocimiento de la vida de Carlo Crivelli está ligado a los escasos documentos sobre él y a las numerosas firmas que estampó en sus obras que, aunque a menudo desmembradas y dispersas, permiten reconstruir sus movimientos.

Un documento fechado el 13 de octubre de 1444 afirma que Carlo Crivelli es hijo del pintor Iachobus de Chriveris, que vivió en Venecia, en la parroquia de San Moisè, y tiene un hermano menor llamado Vittore Un tercer hermano, llamado Ridolfo por Ricci en 1834, probablemente nunca existió. No se conocen obras de la actividad de su padre: probablemente se encontraba entre los seguidores de Jacobello del Fiore o de Michele Giambono. Ningún documento conocido nos proporciona la fecha de nacimiento de Carlo, que se deduce entre 1430 y 1435, porque ya debía de ser mayor de edad cuando, el 7 de marzo de 1457, fue condenado a seis meses de prisión y al pago de una multa de doscientas liras, «porque, enamorado de Tarsia, esposa del marino veneciano Francesco Cortese, la raptó de casa del hermano de Francesco y la mantuvo oculta durante muchos meses, manteniendo con ella relaciones carnales con desprecio de Dios y de los sagrados vínculos del matrimonio». El asunto del concubinato con la mujer de un marinero, que evidentemente había estado ausente durante mucho tiempo, suscitó el escándalo y fue con toda probabilidad la razón por la que el artista se alejó, sin regresar jamás, de su ciudad natal.

Aunque falta documentación, se cree que Carlo fue aprendiz de Antonio Vivarini, Giovanni d'Alemagna y Bartolomeo Vivarini, este último buen conocedor de la cultura pictórica paduana contemporánea, fundada en la escuela de Francesco Squarcione. El joven Crivelli debió de admirar esta escuela, en particular a su coetáneo dálmata Giorgio Ćulinović, conocido como Giorgio Schiavone, a Andrea Mantegna, a Marco Zoppo, así como a florentinos de paso por aquella ciudad como Filippo Lippi y Donatello. No está claro si el artista tuvo, ya antes de su condena, contacto directo con la escuela paduana, o sólo mediado por Vivarini.

Madonna Speyer (atribuido), c. 1455


En cuanto a sus primeros años en Venecia, ninguna obra puede atribuirse definitivamente al artista. Las obras mencionadas por el historiador veneciano Carlo Ridolfi (1648) en su ciudad natal se han perdido todas, a saber, un San Fabián y las Bodas Místicas de Santa Catalina en la iglesia de San Sebastiano y las Historias de San León Bembo en la capilla de San Sebastiano cerca de San Lorenzo; la misma suerte corrieron las mencionadas por Boschini en 1664. Un par de Madonas firmadas (Madonna Huldschinsky en San Diego, Madonna con el Niño y Putti en Verona), ya en monasterios venecianos, están fechadas a principios de la década de 1660 y revelan influencias paduanas aunque Bottari quisiera reconocer conexiones con Domenico Veneziano. Más antigua aún, según la hipótesis de Zampetti, sería la Madonna de Speyer de la Fundación Giorgio Cini, en la que se respira una cultura más proto-renacentista, vinculada a Jacopo Bellini.

Madonna Huldschinsky, 1468


Tras su arresto en 1457, el artista fue a parar probablemente a Padua, donde debió de entablar especial relación con Giorgio Schiavone, y luego le siguió a Zara, ciudad entonces bajo dominio veneciano, donde Schiavone se encontraba al menos desde 1461. Aquí se menciona a Crivelli en dos actas notariales fechadas el 23 de junio de 1463 y el 11 de septiembre de 1465, como maestro pintor, ciudadano y habitante de la ciudad dálmata, es decir, residente desde hacía al menos algunos años.

No se conocen obras del periodo de Zara. Dos Madonnas con el Niño y dos ángeles, hoy en Zagreb y Nueva York, atribuidas al pintor por Prijatelj, muestran una cierta debilidad de signo, que hay que atribuir a la actividad de su hermano Vittore, también en la ciudad dálmata en esos años (hasta 1476), más que a un perfil más bajo mantenido por Carlo para «adaptarse a la escuela local». A lo sumo, pueden asignarse a este periodo las Madonas de Verona y San Diego propiamente dichas, en las que el artista se describe a sí mismo como «veneciano» y, por tanto, probablemente fuera de su zona de origen.

Se desconocen los motivos de su partida de Zara y el momento en que el artista cruzó el Adriático. En cualquier caso, en 1468 firmó el Políptico de Massa Fermana y en 1469 ya se encontraba en Ascoli Piceno, donde ya había entrado en conflicto con un ciudadano por un asunto administrativo del que quedan vestigios documentales. En efecto, el 16 de febrero de 1469 se encontraba en un proceso judicial contra un tal Savino di mastro Giovanni d'Ascoli, y eligió como abogados a Ulisse di ser Antonio da Venezia y a Corradino Pasqualucci di Ascoli. Aparte de esta mención, sin embargo, las primeras obras del artista en Las Marcas gravitaron todas en torno a Fermo, como el Políptico de Porto San Giorgio (1470), ejecutado para la iglesia de San Giorgio de esa ciudad por encargo de un tal Giorgio, albanés emigrado aquí tras la conquista turca.

Políptico de Massa Fermana, 1468


En cualquier caso, es a partir de 1473 cuando los documentos indican la residencia estable del artista en Ascoli, cuando ejecutó el Políptico de Sant'Emidio para el Duomo. Su estancia en la ciudad queda finalmente avalada por la compra de una casa el 17 de junio de 1478, por 10 ducados, en el barrio de San Biagio.

Se casó en fecha indeterminada con una tal Yolanda, posiblemente de Atri, en los Abruzos, con la que tuvo a Diana y a un hijo que murió en agosto de 1487; ambos adoptaron también a una niña, Biasiola.

Se ha barajado la hipótesis de que durante estos años el artista visitara Ferrara, donde había obras de Rogier van der Weyden, o tal vez la Toscana, pero ninguna prueba documental apoya estas propuestas: al contrario, la vida de Crivelli parece haberse desarrollado sin interrupción hasta su muerte en Piceno. Su fama, o tal vez su espíritu emprendedor, le llevaron a viajar a numerosas ciudades de los alrededores, donde firmó numerosos retablos.

Algunas estancias en Camerino, ciudad gobernada por la familia Varano y culturalmente muy animada, donde estaban activos varios pintores, entre ellos Girolamo di Giovanni y Giovanni Boccati, a quien Crivelli debía conocer de su aprendizaje común en el Squarcione de Padua. También trabajaban varios maestros extranjeros, como Niccolò Alunno, que debió de ejercer cierta influencia sobre su colega veneciano, aunque Crivelli no era artísticamente inferior a él.

En 1482 firmó el Políptico de San Domenico en Camerino, al que seguirían otros encargos más o menos exigentes, por lo que se cree que a lo largo de la década de 1480 el artista alternó estancias en Ascoli y Camerino, con tendencia a prolongarlas en esta última, como se desprende también de un documento fechado en 1488 en el que consta como «commorante» en la ciudad de la familia Varano, es decir, residente con domicilio fijo. El Palacio Ducal estaba siendo decorado en aquellos años y no es inconcebible que Crivelli también participara en ello, aunque no se encuentra rastro de ello en los escasos fragmentos conocidos.

En su madurez tardía adoptó algunas innovaciones externas, como la nueva estructura del retablo frente al políptico más repetitivo: la Anunciación de Ascoli, fechada en 1486, es un extraordinario ejemplo de ello. La peculiaridad de esta obra -colocada originalmente en la iglesia de la Santissima Annunziata de Ascoli Piceno- reside en el testimonio del pleno dominio por parte del Maestro de las innovaciones renacentistas. Si bien es cierto que Crivelli caracteriza su producción en términos anticuarios, en línea con la tradición veneciana anterior a Bellini, ello no se debe en absoluto a un desconocimiento de los valores pictóricos renacentistas. El arcaísmo de Crivelli parece, pues, una elección deliberada y consciente.

En 1488, se registra la muerte en Ascoli de su único hijo, cuyo nombre y edad no constan, pero que debía de ser bastante joven: para el funeral, se registra en el libro de rentas de la catedral la donación de dos libras de cera por parte del artista. Este es el último rastro de la presencia del artista en Ascoli, mientras que los encargos fuera de la ciudad se hicieron más frecuentes. El 10 de mayo de 1488 le fue concedido el Políptico de la catedral de Camerino, una prestigiosa obra destinada al altar mayor de la catedral de Camerino.

A medida que se acercaba a la vejez, el artista se desplazaba constantemente, entre Camerino, Matelica, Fabriano y Pergola. En este contexto, hay un episodio singular, la concesión en 1490 del título de millas por Fernando de Aragón, príncipe de Capua y futuro rey de Nápoles. Fernando, en un periodo difícil para su Estado, mantenía buenas relaciones con Ascoli, pero estaba en conflicto latente con el Estado de la Iglesia, hasta el punto de que en septiembre de 1491 cruzó el Tronto y ocupó amplias zonas de las áreas de Fermo y Ascoli bajo jurisdicción papal. Ya en agosto de 1491, Ascoli, demasiado amiga del joven caudillo, había sido excomulgada por el cardenal Balue, y sus iglesias afectadas por la interdicción. Mientras el papa Sixto IV se movilizaba para reunir alianzas que bloquearan al adversario, retiró sus tropas, dejando en la estacada al pueblo de Ascoli «que tuvo que sufrir muchas humillaciones». Aquí, pues, el título recibido por el pintor se inscribe ambiguamente en el contexto de las relaciones con los Estados vecinos de la época.

En este documento, Crivelli es admitido entre la familia del príncipe y no se le menciona ni como veneciano ni como pintor, recordando la lealtad de los ciudadanos de Ascoli a la monarquía napolitana: Fernando era, después de todo, sobrino de Francesco Sforza, que había ostentado durante mucho tiempo el señorío de la ciudad. Este énfasis en la «lealtad» de la ciudad enmarca la concesión del título al pintor como una maniobra para congraciarse con las simpatías del pueblo de Ascoli, que de otro modo sería difícil de explicar. A partir de entonces, Crivelli llevó siempre el título en la firma de sus obras.

Ciertamente, tras la marcha del condottiere, el honor colocó al pintor en una situación poco serena y estuvo quizá en el origen de su marcha de la ciudad. En sus últimos años, sus desplazamientos se hicieron más frecuentes. Un último documento le registra en Fabriano, donde entregó un retablo el 7 de agosto de 1494.

La muerte del pintor se sitúa entre la finalización del Pala di San Francesco en Fabriano y la solicitud, fechada el 7 de septiembre de 1495, de ser declarado su heredero universal por su hermano Vittore, residente en Fermo. Su hermano demostró desconocer la situación familiar de Carlo, declarando que no tenía hijos e ignorando evidentemente también su matrimonio: se deduce la ausencia total de contacto entre ambos durante muchos años: en el mismo documento, Vittore admitía, en parte, que había descuidado a su hermano durante su vida y que estaba en deuda con él, quizá en sentido artístico, o en sentido material, dando una justificación al distanciamiento. Una tradición de la historiografía local indicaba que Carlo murió en Fermo y fue enterrado en la iglesia de San Francesco, pero la carta de Vittore al magistrado de Ascoli lo desmiente; ni siquiera es seguro que muriera en Ascoli, y no en una de sus estancias en Pergola, Matelica o Fabriano.

Recopilación del libro "Carlo Crivelli", de Ronald Lightbown




Your help improves the quantity and quality of content