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Biografías: Gerrit Dou (1613-1675)


Autorretrato, 1665

Gerrit Dou nació en Leiden el 7 de abril de 1613. Era el hijo menor de Douwe Jansz, un maestro vidriero y grabador sobre vidrio que trabajaba en la ciudad. Creció en un ambiente artesanal, rodeado de los oficios vinculados a la precisión manual y al trabajo con la luz y los reflejos, algo que marcaría toda su vida laboral. Desde muy joven demostró inclinación por el dibujo, y su padre decidió orientarlo hacia la formación artística. Dou comenzó su aprendizaje con el grabador Bartholomeus Dolendo y, más tarde, con el fabricante de vidrieras Pieter Couwenhorn, en cuyo taller aprendió a dominar materiales y técnicas que exigían disciplina y exactitud.

En febrero de 1628, cuando tenía catorce años, fue aceptado como aprendiz en el taller de Rembrandt van Rijn, que entonces tenía apenas veintidós años y residía también en Leiden. Permaneció allí aproximadamente tres años. Durante ese período aprendió a preparar soportes, moler pigmentos y realizar estudios de luz, y asistió a su maestro en encargos de retratos y escenas bíblicas. Rembrandt abandonó Leiden hacia 1631 para establecerse en Ámsterdam, y Dou decidió quedarse en su ciudad natal. Tenía dieciocho años y contaba ya con una base técnica sólida.

Tras la partida de Rembrandt, Dou alquiló un pequeño espacio como taller y comenzó a recibir encargos por su cuenta. En los años treinta se afianzó como pintor independiente en Leiden. Su entorno seguía siendo artesanal: su padre continuaba con el oficio de vidriero y él mantenía vínculos con otros talleres del gremio. Dou fue admitido en la guilda de San Lucas de Leiden en 1632. Los registros municipales mencionan su actividad profesional y la progresiva mejora de su situación económica. En esos años estableció relación con Pieter Spiering, agente comercial y diplomático al servicio de la reina Cristina de Suecia, quien le ofreció un acuerdo estable: una suma anual a cambio del derecho de preferencia sobre sus nuevas obras. Este contrato, inusual para un pintor de la época, le dio independencia económica y le permitió trabajar sin urgencias.

Mujer comiendo gachas, 1637

En 1640 compró una casa en la Korte Oude Vest, frente al canal Galgewater, que se convirtió en su residencia y taller hasta el final de su vida. En ella organizó un espacio de trabajo meticuloso, donde vivía casi recluido. Sus contemporáneos lo describían como un hombre reservado, de costumbres regulares y hábitos solitarios. No se casó ni tuvo hijos. Su vida doméstica transcurrió en un ambiente tranquilo, dedicada enteramente a su oficio. En distintos períodos convivieron con él mujeres de su familia, encargadas de las tareas de la casa. Entre ellas se conoce el nombre de su sobrina Anthonia van Tol, que residía con él desde la década de 1660 y administraba la vivienda y los asuntos domésticos.

La estabilidad económica le permitió mantener un estilo de vida cómodo. No hay noticias de viajes fuera de Leiden, y todo indica que prefirió el aislamiento de su taller a la vida social. La correspondencia de agentes y coleccionistas muestra que vendía obras a clientes de distintas ciudades europeas, entre ellos varios de origen aristocrático. La reina Cristina de Suecia fue una de sus compradoras, y algunos de sus cuadros circularon por cortes extranjeras a través de intermediarios. En una ocasión se le ofreció trabajar en Inglaterra, en la corte de Carlos II, pero rechazó la invitación y optó por permanecer en su ciudad natal.

En Leiden alcanzó un notable reconocimiento. La precisión y la paciencia con que trabajaba eran tan conocidas como su carácter reservado. Se decía que podía pasar días enteros sin hablar con nadie, concentrado en su trabajo, y que su taller estaba tan ordenado que cada herramienta tenía un lugar fijo. Los testimonios de visitantes extranjeros que acudieron a verlo lo presentan como un hombre cortés, algo distante, que mostraba orgullo por su oficio y cuidaba su reputación con escrúpulo.

Dou formó discípulos que más tarde destacaron por cuenta propia. Entre ellos se cuentan Frans van Mieris el Viejo, Godfried Schalcken, Carel de Moor, Pieter Cornelisz van Slingelandt, Abraham de Pape y Matthijs Naiveu. Todos se iniciaron en su taller de Leiden y adoptaron parte de su método. Las relaciones con algunos de ellos continuaron a lo largo del tiempo, especialmente con van Mieris, a quien consideró el más talentoso de sus alumnos. El respeto que despertaba su nombre dentro del gremio de la ciudad quedó reflejado en documentos de la guilda, donde aparece mencionado en diversas ocasiones.

Hacia mediados de la década de 1650, Dou gozaba de un alto prestigio. Las visitas de viajeros a su taller eran frecuentes, y su casa se había convertido en una especie de atracción para curiosos y aficionados. En esos años su patrimonio creció considerablemente. Las actas de impuestos y registros notariales indican que acumuló bienes muebles, propiedades y un fondo de ahorros importante. No hay rastros de deudas ni litigios, lo que sugiere una administración ordenada. Vivía de manera discreta, sin ostentación, pero con comodidad.

El círculo más cercano de Dou era reducido. Además de su sobrina, aparecen en los registros algunos sirvientes y aprendices que lo ayudaban en tareas menores. Su padre había muerto años antes, y su madre no figura en documentos posteriores a 1640. Mantuvo vínculos con hermanas y medias hermanas, y se sabe que una de ellas, Trijntje Vechters, fue beneficiaria principal de su testamento. No se conservan cartas personales ni diarios, pero los inventarios posteriores a su muerte permiten reconstruir aspectos de su vida cotidiana: mobiliario de buena calidad, utensilios de mesa, ropas, instrumentos de taller y una pequeña biblioteca, signo de cierto interés por la lectura y la instrucción.

Criada en la ventana, 1660

En la década de 1660 continuó trabajando sin interrupciones. La ciudad de Leiden era entonces un centro activo de producción artística, y Dou formaba parte de un grupo respetado de maestros que atraían a coleccionistas y aprendices. Su reputación seguía siendo alta. A pesar de los cambios en el gusto de la clientela, mantuvo su clientela privada y un mercado seguro. En 1665 el inventario de su casa registraba una colección de cuadros propios y de otros autores, además de objetos de valor.

Su vida transcurrió sin episodios destacables fuera del ámbito del trabajo. Los testimonios conservados insisten en su carácter constante y en la regularidad de sus hábitos. No se le atribuyen cargos públicos ni intervenciones políticas. Sus ingresos provenían exclusivamente de su arte y de inversiones prudentes. En sus últimos años su salud comenzó a deteriorarse. No hay datos sobre enfermedades concretas, pero los documentos notariales de 1674 sugieren que preveía su muerte próxima: ese año redactó un nuevo testamento en el que ratificaba la cesión de su casa a su media hermana y establecía legados a parientes cercanos.

Gerrit Dou murió en Leiden el 9 de febrero de 1675. Tenía sesenta y un años. Fue enterrado en la Pieterskerk, la iglesia principal de la ciudad, donde también reposaban otros miembros de su familia. Tras su muerte, las autoridades locales realizaron el inventario de sus bienes. La lista, conservada en los archivos municipales, muestra una vivienda de dos plantas con abundante mobiliario, utensilios de cocina, plata, textiles finos y un número considerable de cuadros. Entre ellos figuraban obras terminadas y otras inacabadas, así como retratos y estudios. La tasación del conjunto confirma su situación acomodada.

Dou dejó tras de sí una reputación consolidada y una posición social estable. Su vida, transcurrida enteramente en Leiden, muestra la trayectoria de un artesano que, sin buscar honores ni cargos, alcanzó prosperidad gracias a su constancia y disciplina. No se conocen amores, viajes ni aventuras; su biografía se define más por la continuidad que por los sobresaltos. Desde su juventud hasta su muerte vivió bajo el mismo techo, rodeado de su familia y de su trabajo. Los documentos que han llegado hasta hoy —contratos, inventarios y testamentos— bastan para dibujar el retrato de un hombre metódico, de carácter reservado, que hizo de la pintura su oficio y su mundo.


Resumen de los libros "Gerrit Dou, 1613–1675: Master Painter in the Age of Rembrandt", de Arthur K. Wheelock Jr.; "The Leiden Fijnschilders from Gerrit Dou to Frans van Mieris", de Eric Jan Sluijter; y "Gerrit Dou: Zijn leven en zijn werk", de Willem Martin.




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