Jean-François Millet (Gruchy, Gréville-Hague; 4 de octubre de 1814-Barbizon, Sena y Marne; 20 de enero de 1875) fue un pintor francés realista que nació en una familia campesina.
Fue el segundo hijo de Jean-Louis-Nicolas y Aimee-Henriette-Adelaide Henry Millet, campesinos modestos que formaban parte de una gran familia extendida en la comunidad rural de Gruchy. Su padre apreciaba la música y la belleza de la naturaleza, mostrándole al niño una brizna de hierba y diciéndole: "Mira, qué hermoso es esto". Millet era el favorito de su abuela, quien fomentó en él el amor por la lectura y una profunda espiritualidad. Asistió a la escuela local, donde estudió latín y leyó a San Agustín y Virgilio, además de autores franceses clásicos. También aprendió otros aspectos de la vida rural, enfrentándose a peleas con chicos mayores en la escuela y trabajando largas jornadas en la granja familiar. Su sensibilidad sombría fue moldeada fundamentalmente por el trabajo rural, como él mismo dijo: "Nunca he visto nada más que campos desde que nací, trato de expresar lo mejor que puedo lo que vi y sentí cuando estaba trabajando".
Reconociendo su talento para el dibujo, su familia lo envió a Cherburgo en 1833 para estudiar pintura de retratos. Sus estudios con el artista Paul Dumouchel se interrumpieron por la muerte de su padre en 1835, y regresó a casa para hacerse cargo de la granja, como dictaba la costumbre para el hijo mayor. Sin embargo, su abuela, animándolo a creer en señales de Dios, lo instó a retomar sus estudios de arte, aunque le advirtió: "Prefiero verte muerto, hijo mío, que rebelde e infiel a los mandamientos de Dios... Recuerda, Jean François, eres cristiano antes que artista". La fe estoica de su familia lo marcó para siempre, como expresó años después: "El aspecto alegre de la vida nunca se me presenta. No sé qué es... Las cosas más alegres que conozco son la calma y el silencio".
Millet continuó estudiando con el artista Lucien-Théophile Langlois, cuyo apoyo le ayudó a obtener una beca en la École des Beaux-Arts. En 1837, a menudo sin recursos en el "París negro, fangoso y humeante", como lo llamó, Millet se sentía socialmente alienado y decía: "Nunca me obligarán a inclinarme. Nunca me impondrán el arte de los salones parisinos. Campesino nací, campesino moriré". Buscando inspiración para sus propios impulsos artísticos, visitaba el Louvre y se sentía especialmente atraído por las obras de Nicolas Poussin y Michelangelo Buonarroti. Comenzó a estudiar con el reconocido pintor histórico Paul Delarouche, una experiencia infeliz, ya que su maestro lo apodó despectivamente "el hombre salvaje del bosque". Cuando Delarouche se negó a apoyar su candidatura al Prix de Rome, Millet abandonó el taller del artista en desafío y perdió su financiación escolar en 1839.
Después de 1840 se alejó del estilo de pintura oficial y cayó bajo la influencia de Honoré Daumier, cuyo dibujo de figuras influiría en las posteriores representaciones que Millet hizo de sujetos campesinos, de quienes aprendió el sentido del contraste de luces y sombras, así como la construcción del cuerpo humano, con simplicidad de volúmenes; y Alfred Sensier, un burócrata gubernamental que se convertiría en un defensor de por vida, y con el tiempo, el biógrafo del artista. En 1847 obtuvo su primer éxito en el Salón, con el cuadro "Edipo bajado del árbol", y en 1848 el gobierno compró su "Ahechador".
Su conocido comienzo fue "El aventador" (1848). En la década de 1850 observa a los labradores en los años democráticos de la Segunda República y es de una melancólica gravedad y, sobre todo, de denuncia social ("El sembrador", 1850; "Mujeres cargando leña", 1858), e incluso en obras más tardías como "Hombre con un hoe" (1862). Este énfasis en señalar el "esteticismo sentimental de sus resignados trabajadores de la tierra", dio lugar a frecuentes rechazos de sus obras, que debería revisarse de acuerdo con Novonty, e intentar mantener un equilibrio correcto en la valoración de su arte.
En 1841 se casó con Pauline-Virginie Ono, y se trasladaron a París. Después de ser rechazado en el Salón de 1843 y de que Pauline muriera por Tuberculosis, Millet volvió de nuevo a Cherburgo.En 1845 Millet se trasladó a El Havre con Catherine Lemaire, con la que se casaría en una ceremonia civil en 1853; tendrían nueve hijos, y seguirían juntos durante el resto de la vida de Millet. En El Havre pintó retratos y pequeñas piezas de género durante varios meses, antes de regresar a París.
Un brote de cólera en París, combinado con los disturbios de la Revolución de Febrero de 1848, llevó a Millet a trasladar a Catherine Lemaire y sus tres hijos a Barbizon, donde se unió a sus amigos artistas para fundar la Escuela de Barbizon. Su familia se instaló en una casa de campo que se convirtió en su residencia permanente. En sus cartas, Millet a menudo mencionaba sus episodios de mala salud y sus preocupaciones por el dinero, escribiendo en un momento: "Realmente no sé cómo cumpliré con mis obligaciones y seguiré viviendo". William Morris Hunt, un aspirante a artista de una rica familia estadounidense que deseaba estudiar con Millet, describió cómo "lo encontré trabajando en un sótano a tres pies bajo tierra, con sus lienzos cubiertos de moho debido a la humedad y porque el suelo era de arcilla". Millet luchó contra la pobreza toda su vida, intentando evitar a los acreedores y alguaciles, preocupado por conseguir lo necesario, trabajando en el campo por la mañana y pintando por la tarde, lo que lo hacía sentir, como él decía, "condenado a un trabajo duro sin fin".
Sus amigos le brindaban el apoyo que podían. Alfred Sensier, un funcionario francés y más tarde biógrafo de Millet, acordó en 1850 proporcionarle todos los materiales artísticos a cambio de obras ocasionales. El propietario de Millet construyó un pequeño edificio tipo granero en la propiedad para que sirviera como estudio. En ese entorno austero, Millet guardaba una colección de trapos y ropa que llamaba "su museo". Conservando sus colores únicos como inspiración para sus pinturas, le gustaba especialmente el azul desvaído por el tiempo hasta casi volverse blanco.
Millet vivió en Barbizon el resto de su vida, y sus principales amistades fueron con los artistas que también residían allí. El arquitecto estadounidense Edward Wheelwright escribió sobre Millet: "No hizo de los campesinos del pueblo su sociedad, ni tomó al campesino como un ideal de virtud. No tenía ilusiones sobre los habitantes del pueblo... Más de una vez lo escuché hablar de sus defectos, su insensibilidad a los encantos de la naturaleza, la estrechez de sus sentimientos, su espíritu mezquino y su baja envidia". Millet estaba lleno de contradicciones; mientras guardaba herramientas agrícolas y demostraba cómo usarlas a los artistas visitantes, también los impresionaba con su erudición, recitando de memoria pasajes de Shakespeare, Dante, La Fontaine y otros autores clásicos.
Continuó pintando escenas de trabajo rural, como "Los segadores descansando" en 1852 y "Las espigadoras", presentada en el Salón de 1857, donde fue duramente criticada por su representación de la pobreza. Sin embargo, en América, su trabajo atrajo una atención más favorable, ya que Hunt, que había comenzado a coleccionar obras de Millet, las presentó al público, y Millet empezó a recibir encargos ocasionales.
Tras el Salón de 1864, donde su obra Pastora cuidando su rebaño fue bien recibida, Millet comenzó a experimentar cierto éxito. En 1867 exhibió nueve pinturas en la Exposición Universal de París, y en 1868 fue condecorado con la Legión de Honor. Sin embargo, la Guerra Franco-Prusiana interrumpió nuevamente su vida, y él y su familia buscaron refugio en Cherburgo, donde permanecieron hasta 1871 y donde su obra empezó a centrarse también en el paisaje.
Tras un período de declive en su salud debido a migrañas y ciática, Millet organizó una ceremonia religiosa con el párroco local para casarse con Catherine Lemaire, asegurando así sus derechos de herencia y permitiendo que su familia le organizara un funeral religioso. Falleció el 20 de enero de 1875 en su hogar en Barbizon.