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Manuscritos iluminados V: Manuscritos románicos y góticos.

Durante el periodo románico (ca. 1000-1150) se renovó el fervor religioso y se fortaleció aún más el feudalismo. Los europeos emprendieron unas diez cruzadas, en un esfuerzo enérgico por reconquistar Tierra Santa. El monacato alcanzó su apogeo y, en el momento de mayor rendimiento de los scríptoria, se produjeron grandes libros litúrgicos, como Biblias, Evangelios y salterios. Por primera vez parecieron posibles las características del diseño universal, porque las ideas visuales viajaban de un lado a otro por las rutas de peregrinación. El renacimiento ilusionista de la época carolingia abrió camino a un nuevo énfasis en el dibujo lineal y la disposición a distorsionar las figuras, para que se fundieran con el diseño global de la página. La representación de la profundidad espacial adquirió incluso menos importancia y se colocaban las figuras contra un fondo de láminas de oro o motivos con texturas.

A mediados del siglo XII, el período románico evolucionó hacia el gótico, que se prolongó de 1150 hasta comienzo del Renacimiento europeo, en la Italia del siglo XIV. Durante este período de transición, el poder de los señores feudales se vio constreñido por leyes razonables. Los pueblos y las aldeas crecieron hasta convertirse en ciudades. La agricultura cedió paso al comercio internacional como base del poder político y el dinero sustituyó a la tierra comoprincipal indicador de riqueza. La sociedad europea se fue transformando poco a poco. Sobre todo en Francia y en Inglaterra, las monarquías contaban con el apoyo de nobles poderosos, con lo cual fueron surgiendo gobiernos centrales más estables. La incertidumbre y el temor, que habían acompañado a diario durante siglos a los pueblos medievales, disminuyeron a medida que el entorno social y económico se volvió más predecible y se superaron las condiciones desaforadamente inconstantes que habían prevalecido en el período románico.

Durante el siglo XIII, el alza de las universidades dio origen a un mercado en expansión para los libros. Por ejemplo, de los cien mil habitantes de París, veinte mil eran estudiantes que acudían en masa a la ciudad para ir a la universidad. El alfabetismo iba en aumento y aparecieron iluminadores profesionales laicos para ayudar a satisfacer la creciente demanda de libros.

Renació inexplicablemente la popularidad del Apocalipsis en Inglaterra y Francia durante el siglo XIII. Parece que tuvo mucho que ver un scriptorium de Saint Albans, que tenía un nivel artístico elevado. De este período se conservan al menos noventa y tres ejemplares del Apocalipsis. Un naturalismo sencillo y con los pies en este mundo, más que en uno futuro, sustituyó el horror y la angustia de las ediciones españolas anteriores.


La multitud adora a Dios, del Douce Apocalypse, 1265. San Juan, el reportero errante del juicio final, aparece a la izquierda de la escena, atisbando con curiosidad el interior de la imagen rectangular.


El Douce Apocalypse (arriba), escrito e ilustrado en torno a 1265, es una de las numerosas obras maestras de la iluminación gótica. Cada una de las cien páginas ilustradas (en la actualidad faltan tres) presenta una ilustración sobre dos columnas de texto escritas con una letra hermosa. El escriba utilizó un estilo de escritura que, por su repetición de las verticales acabadas en remates en punta, se ha comparado con una estacada. "Textura" (del latín texturum, que significa disposición de los hilos sonre una tela) es el nombre favorito para este tipo dominante de letra gótica. Otros términos como el francés lettre de forme, el inglés blackletter o "inglés antiguo", resultan vagos y confusos. En su época, se llamaba a la textura littera moderna (del latín, «letra moderna»). La textura era bastante práctica, porque primero se hacían todos los trazos verticales de una palabra y a continuación se añadían los remates y los demás trazos necesarios para transformar el grupo de verticales en una palabra. Los trazos redondeados se eliminaron casi por completo. Las letras y los espacios intermedios se condensaban para tratar de ahorrar espacio en los preciosos pergaminos. El efecto global es de una densa textura negra.

En cada página del Douce Apocalypse se dejaba un cuadrado abierto en el ángulo superior izquierdo para poner una inicial, aunque estas letras nunca se añadieron. Algunas ilustraciones, dibujadas, pero no pintadas, presentan una línea regular de gran sensibilidad y firmeza. Las ilustraciones están divididas en segmentos mediante una elaborada estructura. En la ilustración para el último pasaje del capítulo séptimo del Apocalipsis, la multitud triunfante vestida de blanco que ha sobrevivido a la gran tribulación aparece en torno a un Dios de aspecto muy humano, con su cordero. La túnica azul suave y la capa color ladrillo que lleva puestas San Juan determinan el tono de una paleta suave de azules, verdes, rojos, marrones, grises y amarillos.

El Douce Apocalypse representa una nueva variedad de libros ilustrados que determinó el diseño de la página en los libros xilografiados del siglo XV, que aparecieron tras la llegada de la imprenta a Europa. No se sabe quiénes fueron el escriba ni el iluminador; en realidad, los estudiosos han discutido si el libro se creó en Inglaterra o en Francia y el hecho de que no esté claro el origen nacional demuestra la tendencia hacia un estilo gótico internacional que dominó el final del período gótico. Se caracteriza por las figuras alargadas que se elevan en un movimiento vertical, a menudo con trajes elegantes y modernos o túnicas largas y sueltas. Aunque las figuras se estiran hacia arriba, su peso sólido, casi monumental, resulta convincente y tienen una expresión de dignidad humana. Cada vez se observaba más naturalismo en los temas humanos, animales y botánicos. Se combinaban elementos procedentes de los estilos nacionales de distintos países y el aumento de los encargos para hacer libros privados, sobre todo por parte de patrocinadores reales, hicieron que escribas e iluminadores viajaran y difundieran convenciones y técnicas artísticas.


Página del Salterio de Ormesby, ca. principios del siglo XIV. La decoración, la ilustración y las iniciales están unidas en un solo marco de texto complejo. El rojo y el azul predominan en muchos manuscritos góticos tardíos.


Los libros litúrgicos de finales del medievo contenían diseños extraordinarios. El Salterio de Ormesby (arriba), creado a principios del siglo XIV en Inglaterra, es un ejemplo espléndido. Por su altura generosa (33,6 centímetros), cabían en él iniciales mayúsculas ilustradas con escenas bíblicas sobre un fondo de láminas de oro. El texto amplio está escrito con la letra textura. La zona del texto está rodeada por un marco intrincado, lleno de iniciales mayúsculas con motivos decorativos y ricos dibujos marginales, pensados como claves visuales que sugiriesen a los sacerdotes parábolas e historias adecuadas para contar a la congregación después deleer las escrituras. En la página que se ilustra en la figura (abajo) aparece un búho-caballo conferenciando con un hombre-caracol en la parte superior. En la parte inferior, un demonio observa con satisfacción unos esponsales. La joven alarga la mano con avidez para coger el anillo de compromiso del halconero; la presencia simbólica del gato y el ratón debajo de la pareja insinúa que se está tratando injustamente a alguien. La vida cotidiana de las personas se abrió paso hasta los márgenes de los libros religiosos. Algunos historiadores lo han interpretado como un primer indicio de la llegada de un humanismo renacentista, preocupado por la calidad de la vida humana sobre la tierra.


Recopilación del libro "Historia del diseño gráfico", de Philip B. Meggs y Alston W. Purvis.