Durante la primera parte del siglo IX, el gobierno chino comenzó a expedir certificados de depósito en papel para los comerciantes que entregaban al Estado dinero en metálico en depósito. Cuando en las provincias se produjo una escasez crítica de dinero de hierro, poco antes del año 1000, se diseñó, imprimió y utilizó el dinero en papel en lugar de las monedas metálicas. El gobierno asumió el control de la producción de moneda y se imprimían millones de billetes por año. No tardaron en aparecer la inflación y la devaluación, así como también los esfuerzos para recuperar la confianza: el dinero se imprimía en papel perfumado que contenía mucha seda, parte del dinero se imprimía en papel coloreado y el castigo por falsificarlo era la muerte. China se convirtió así en la primera sociedad en la cual el hombre común tenía contacto cotidiano con imágenes impresas. Además del papel moneda, también tuvieron mucha difusión las xilografías de imágenes y textos religiosos (figura 3-14).
En el siglo X salieron a la luz errores en los clásicos confucianos. El primer ministro chino Fang Tao se preocupó mucho y le pareció que había que hacer nuevos textos maestros. A falta de los recursos necesarios para volver a tallar todas las inscripciones en piedra, Fang Tao recurrió al método de la xilografía, que estaba evolucionando rápidamente, para esta tarea monumental. Con los grandes eruditos de la época como editores y un calígrafo famoso supervisando la escritura de las copias matrices, se tardaron veintiún años (del 933 al 953) en producir los ciento treinta volúmenes de los nueve clásicos confucianos con sus comentarios. Aunque el objetivo original no era extender el conocimiento a las masas, sino la autenticación de los textos, Fang Tao recurrió a un oficio bastante desconocido y lo colocó en un lugar central de la civilización china
El rollo se sustituyó por formatos con páginas en el siglo IX o el X. Al principio se hacían libros plegados, que se abrían como un acordeón. Se parecían a rollos que se doblaban como los horarios de los ferrocarriles, en lugar de enrollarse. En el siglo X u XI aparecieron los libros cosidos. Se imprimían dos páginas de texto con un solo bloque de madera. A continuación, la hoja se doblaba por la mitad, con la cara sin imprimir hacia dentro y las dos páginas impresas hacia fuera. Las secuencias de estas hojas plegadas e impresas se reunían y se cosían para hacer un libro tipo códice. De esta manera se reunieron las páginas sobre fitoterapia del Pen ts’ao (figura 3-15). Se usaban ilustraciones y caligrafía para los encabezamientos. Un diseño utilizado para separar el texto en secciones aparecía en el centro de la página de la derecha.
Otra forma temprana de diseño gráfico e impresión en China fueron los naipes (figura 3-16). Los primeros de estos «dados planos» se imprimieron en tarjetas de papel grueso más o menos por la época en que los libros por páginas sustituían a los rollos de manuscritos.
En el 1000 se estableció en China una cota para la xilografía —reproducir a la perfección una caligrafía hermosa— que nunca ha sido superada. El calígrafo figuraba en el colofón, junto con el autor y el impresor. A los impresores estatales se sumaron los privados, a medida que historias y herbarios, ciencias y ciencias políticas, poesía y prosa se tallaban en bloques de madera y se imprimían. La revolución pacífica que provocó la impresión en la vida intelectual china produjo sin duda un renacimiento del saber y la cultura similar al que provocó en Occidente, más de quinientos años después, la invención de los tipos móviles por parte de Johannes Gutenberg.
La invención de los tipos móviles
En una impresión por xilografía como la de la figura 3-14, hay que recortar cuidadosamente la madera que sobra alrededor de cada carácter caligráfico. En torno al 1045, el alquimista chino Pi Sheng (1023-1063) amplió este proceso desarrollando el concepto del tipo móvil, un proceso innovador que nunca tuvo un uso masivo en Asia. Si cada carácter era una forma aislada sobresaliente, razonó, se podía colocar en orden sobre una superficie la cantidad deseada de caracteres, para después entintarlos e imprimirlos. Fabricó sus tipos con una mezcla de arcilla y pegamento. Estos caracteres gráficos tridimensionales se cocían sobre una hoguera de paja hasta que se endurecían. Para componer un texto, Pi Sheng los colocaba uno al lado del otro sobre una placa de hierro recubierta con una substancia parecida a la cera para mantener cada carácter en su sitio. La placa se calentaba un poco para ablandar la cera y se presionaban los tipos contra un tablero plano para que quedaran fijos en su lugar y para igualar la altura de la superficie de la forma. Cuando se enfriaba la cera, la página de tipos caligráficos se imprimía exactamente igual que los bloques de madera. Cuando se acababa de imprimir, se volvía a calentar la forma para ablandar la cera, a fin de poder archivar los caracteres en cajas de madera.
Como la escritura china no es alfabética, los tipos se organizaban según las rimas. Debido a la gran cantidad de caracteres de las lenguas asiáticas, archivarlos y recuperarlos resultaba muy complicado. Posteriormente, los chinos fundieron letras en estaño y las tallaron en madera (figura 3-17), pero en Oriente el tipo móvil no sustituyó nunca al bloque de madera tallado a mano.
Un esfuerzo notable para imprimir a partir de tipos móviles de bronce comenzó en Corea con el patrocinio del gobierno en 1403. Se tallaban los caracteres en madera de haya, se introducían a presión en un cajón lleno de arena fina para obtener una impresión en negativo. Se cubría la impresión con una tapa agujereada y se vertía encima bronce fundido. Cuando el bronce se enfriaba, se formaba un carácter tipo. Estos caracteres metálicos eran, evidentemente, menos frágiles que los tipos de terracota de Pi Sheng.
Es curioso que el tipo móvil fuera inventado en culturas con sistemas de lenguaje escrito que contaban no con centenares, sino con millares de caracteres. Con un total de más de cuarenta y cuatro mil caracteres, no es extraño que el tipo móvil nunca alcanzara gran difusión en el Lejano Oriente. Un intento interesante de simplificar la clasificación y la colocación de los tipos fue el invento de una bandeja giratoria de 2,13 metros de diámetro (figura 3-18). El cajista se podía sentar delante de esta bandeja y hacerla girar para poner a su alcance la sección con el carácter.
La aportación china a la evolución de la comunicación visual fue extraordinaria. Durante los mil años del período medieval europeo, los inventos chinos del papel y la imprenta se difundieron lentamente hacia el Oeste y llegaron a Europa justo al comienzo del Renacimiento. Este periodo de transición en la historia europea comenzó en Italia en el siglo XIV y se caracterizó por el redescubrimiento del conocimiento clásico, el florecimiento de las artes y los orígenes de la ciencia moderna, a todos los cuales contribuyó la imprenta.