Cuando se conocen las partes de las letras, pueden identificarse los diferentes tipos con facilidad. Más allá de los rasgos característicos de un tipo, sin embargo, existen también aplicaciones de estilo que deberías reconocer. En una misma familia tipográfica pueden darse algunos de estos estilos, combinaciones de ellos o todos en su conjunto.
Redonda:
Es el estilo básico de las letras, y también se las denomina “romanas” porque las letras en caja alta derivan de las inscripciones en los monumentos romanos. Cuando se utiliza para describir el estilo de un tipo, el término “redonda" siempre hace referencia a la caja baja. En algunas tipografías existe un trazo ligeramente más fino que la redonda, que se denomina book.
Cursiva:
También llamada “itálica", nombre que procede de las escritura manuscrita italiana del siglo xv en la que se basan sus formas. (Véase "La Fuente" para una descripción de las letras oblicuas.)
Negrita:
Caracterizada por un trazo más grueso que la redonda, según las anchuras de trazo relativas que tenga un tipo puede denominarse seminegra, negra, extranegra o supernegra. En algunos tipos (en especial Bodoni), a la versión más negrita se le llama de cartel o “póster”.
Fina:
Tiene un trazo de menor grosor que la letra redonda. Las de trazos aún más delgados suelen denominarse superfinas.
Estrecha:
Tal como su nombre indica, es una versión estrecha de la letra redonda. Los estilos muy estrechos también suelen llamarse letras compactas.
Ancha:
Es exactamente lo que estás pensando: una variación expandida de la letra redonda.
La confusión de estilos dentro de las familias tipográficas puede resultar desalentadora para los principiantes; desde luego, sigue siendo una pequeña molestia incluso entre los diseñadores más experimentados. La única forma de manejar la profusión de nombres —como cuando se aprenden los verbos irregulares en francés— es aprendérselos de memoria.