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Caricatura: la deformación expresiva.


Aunque estén ligadas al humorismo y a la comicidad, no todas las caricaturas son, sin embargo, cómicas. El lugar históricamente privilegiado de la caricatura ha sido la sátira, política y social; y en no pocas ocasiones la viñeta de sátira social aprovechaba el aspecto grotesco de las figuras caricaturizadas para obtener efectos más dramáticos que cómicos. Ejemplar es, por ejemplo, la obra de denuncia de Honoré Daumier, en la Francia de la primera mitad del siglo XVIII,

Y desde el punto de vista etimológico el aspecto cómico bién se representa en la caricatura, por así decirlo, aunque de pasada. La caricatura es ese modo de representar personajes y objetos que destacan ciertas características, deformándolos para expresar alguno de sus aspectos en detrimento de otros. Más que lo cómico, aquello que caracteriza las caricaturas es lo grotesco,y lo grotesco puede a su vez ser utilizado para diversos fines expresivos: situaciones humorísticas, situaciones marginalmente irónicas, situaciones de pesadilla, de alucinación, exasperaciones expresivas. Como hijo de la viñeta satírica, el cómic

Como hijo de la viñeta satírica, el cómic hace un gran uso de la caricatura desde sus comienzos, hasta el punto de haber creado en nuestra cultura una intensa identificación entre imágenes caricaturescas e imágenes de cómic. En 1929, con los primeros cómics de Tarzán, comienzan a realizarse unos cómics que muestran representaciones «realistas», no caricaturescas, de los personajes. El cómic de aventuras y el policíaco, invenciones de los años veinte y treinta, imponen la imagen no caricaturesca, Antes, sin embargo, a pesar de la tendencia a representar las figuras de manera más o menos caricaturesca, no todo el cómic había sido humorístico; también el fantástico, como la espléndida saga de "Little Nemo" de Winsor McCay, había ocupado su sitio.

Y aun cuando nacen el cómic de aventuras y el policíaco, la vanentura no abandona al cómic. ni siquiera en los nuevos géneros. Si Tarzán, Flash Gordon, X-9, Pim Tyler" s Luck, Radio Pautrof y muchos otros cómics adoptan el nuevo estilo realista, tratando de recuperar estilo e instrumentos de la ilustración de aventuras, cuando no estilos clásicos y cultos, hay al mismo fiermpo otros cómics, sobre todo policíacos, pero también de Aventuras, que prefieren mantener un estilo un tanto híbrido, que no se alejen nunca demasiado de la caricatura, incluso contando vicisitudes que no tienen nada o casi nada de humoristico. Es el caso de Wash Tubbs, de Dick Tracy, de Terry and the Pirates, de Red Barry, de Buck Rogers, de The Spirit y de tantos Otros. En años recientes, además. con el nacimiento del llamado "cómic de autor", primero en Francia y Argentina, y luego en Italia, en España y en Estados Unidos, el uso de la caricatura ha vuelto a revestir gran importancia sobre todo para las viscisitudes no humorísticas. Este estilo ha revelado, gracias a las índicaciones de autores como Chester Gould (Dick Tracy), Will Eixner (The Spirit), Hergé (Tintín), y a través de la recuperación de la tradición pictórica expresionista, un instrumento de caracterización de sentimientos y emociones mucho más poderowo que la denominada representación «realista». Veremos ahora algunos ejemplos recogidos de estos tres estilos de caricatura en los cómics: en el cómic humorístico tradicional (tanto en el pasado como en el presente), en el cómic de acción de los años treinta y cuarenta, y en el «cómic de autor» de nuestros días. Las preguntas que nos haremos en cada uno de los casos son: ¿por qué el cómic hace un uso tan amplio de la caricatura? ¿Qué uso hace en particular el cómic que estamos analizando?



Cómics de humor

El primer ejemplo que proponemos es una viñeta de los Ain-der-Kids de Lyonel Feininger de 1906



Hay diversas razones para empezar por esta imagen: se trata de un cómic humorístico y fantástico, a la vez creado en los primeros años de vida del cómic, y por tanto muy ligado a la modalidad de la viñeta de sátira, en la cual Feininger era un maestro, Él aquel tiempo, desde hacía ya unos quince años. Feininger publicaba en Alemania (donde residía, aunque había nacido en Estados Unidos) muchísimas ilustraciones y viñetas políticas de carácter fuertemente satírico en diversas revistas. Prolongaría esta actividad a lo largo de diez años. Mientras que su experiencia como dibujante de cómic, por divergencias con editores, se alargó apenas un año. Más o menos en el mismo período en que fue dibujada esta imagen, Feininger estaba experimentando con la pintura, un campo en el que se destacaría mucho más, al punto de ser llamado por Gropius para enseñar en la Bauhaus en los años veinte.

La viñeta muestra al Misterioso Pete que informa por medio de una visión a la tía Jim-jam y a su sobrino Gussy de la suerte de los Kin-der-Kids de paseo por el mundo, mostrándolos en plena navegación en una bañera utilizada como embarcación. La caricatura es el instrumento para evidenciar las características de cada personaje: caricaturizando algunos de sus aspectos se los hace característicos y fácilmente reconocibles.
La tía Jim-jam es la típica solterona larga y huesuda, cuyo vestido negro esconde cualquier forma, aparte un rostro enjuto enmarcado por un pañuelo blanco. El sobrino Gussy es un retaco de aire alegre, astuto y un poco intelectual. El Misterioso Pete es verdaderamente misterioso. embozado como está, y también es singular la delgadez de su perro, del que se pueden contar los huesos. En lo alto se distingue a los Kids. los niños, protagonistas de la serie, suficientemente visibles para ser reconocidos por el lector habitual.

Con las exigencias de concisión, de poco espacio disponible, de inmediatez comunicativa que el cómic compartía en aquellos años con la viñeta satírica, la caricatura es un instrumento precioso. Con pocos trazos es posible reconocer a unos personajes que un dibujo realista no conseguiría distinguir sino con arduos matices. En aquellos años el dibujante tenía a disposición una página a la semana (o, poco después, de una tira al día) para contar algún acontecimiento dotado de sentido. El lector debía estar, además, en condiciones de entender al menos en líneas generales, los caracteres de los personajes desde las primeras apariciones. No se podía esperar a que llegara a entender a través del relato. La comunicación debía ser mucho más inmediata, directa e implicatoria.

La caricatura tiene estas características. No es casual que para ver el nacimiento de los primeros cómics «realistas» se deba esperar a finales de los años veinte, cuando ya el lenguage de los cómics está consolidado, y también su público. Y no es casual que el primer cómic no caricaluresco retome las historias de aquel Tarzán cuyo enorme éxito garantizaba el interés público incluso en las más difíciles fases iniciales, cuando los personajes y ambiente estaban necesariamente poco definidos. Era fundamental, pues, el hecho de que en realidad los personajes y el ambiente fueran reconocidos a través de los libros y de los mass-media.

Pero las características de concisión y de esencialidad son a menudo típicas también de la narración humorística. Pensemos, por ejemplo, en los chistes, una de las cualidades más apreciadas es la brevedad. La caricatura es adecuada al humorismo porque está en condiciones de decirnos muchas más de una sola vez que la imagen realista: ella deforma carturizando, poniendo en evidencia los rasgos más significatios. Es decir, nos simplifica la comprensión de la imagen, y por ello las imágenes para niños son casi siempre Caricaturas. Pero el «hacer reír» no es esencial a las caricaturas: se las puede utilizar para hacer reír, marcando ciertos rasgos. ciertas deformidades que «nos hacen reír», pero también encierran otros fines.

El uso de los animales humanizados en los cómics, viene de la literatura fabulista y moralizante de Esopo o La Fontaine, a través de su dedicación a la literatutra infantil. Además de prestarse fácilmente a la caricaturización, esta mezcla de aspectos animales y humanos permite caracterizar a los personajes a travees de la atribución de las cualidades del animal del que adoptan los rasgos

El ejemplo en este caso es la producción de Disney. El estudio Disney había experimentado con el conejo Oswald antes que con el ratón Mickey, y su inspirador era el gato Félix, de Pat Sullivan. (Continuará ...)

Recopilación del libro "Los lenguajes del cómic", de Daniele Barbieri. Editorial Paidós, 1998