Como ya hemos dicho, incluso con el nacimiento del cómic de acción (aventuras, ciencia ficción, policíaco, etcétera) la caricatura sigue manteniendo un papel importante. Hay autores que la abandonan del todo, como Foster (Tarzan, Príncipe Valiente). L. Young (Tim Tyler's Look), Raymond (X-9, Flash Gordon, Jungle Jim, Rip Kirby), mientras otros prefieren estilos menos marcadamente realistas,manteniéndose a mitad de camino.
Entre éstos podemos distinguir dos modos de hacer uso de la caricatura en el cómic de acción: un modo humorístico, por así decirlo, de intermedio, y un modo expresivo de exasperación.
Al primer género pertenecen los cómics de las figuras que aparecen de Milton Caniff y de Will Eisner, dos de los más importantes e influyentes autores de toda la historia del cómic. Al segundo género pertenece la galería de los horrores, de Dick Tracy, del no menos famoso Chester Gould
Terry y los piratas de Caniff ha sido una serie de gran importancia e influencia tanto por la invención gráfica como por la atención al desarrollo de un lenguaje de inspiración cinematográfica como también por la dosificada gradación de tonos dramáticos, épicos e irónicos. El chinito Connie, representado en la imagen de arriba, aporta buena parte del ingrediente cómíco de la serie. Con sus ocurrencias y frases ingeniosas alivia los momentos más pesados y dramáticos, como hacen los intermedios cómicos en el teatro dramático isabelino.
Así, mientras el registro gráfico de los otros personajes es realista, el de Connie es humorístico, caricaturesco, con la exasperación de la boca, de los dientes y de las orejas, con una enfatización de las expresiones del rostro que no manifiestan otros personajes principales.
En el caso de Eisner, en cambio, la mezcla de acción y comicidad es mucho más densa. Todos los personajes, normalmente representados en un registro más o menos serio, con no raras excepciones, pueden ser deformados en caricaturas, si la situación lo requiere, incluido el protagonista dramático. También The Spirit puede ser tomado en broma, no menos que los otros.
El hecho es que el cómic de Eisner es, mucho más que todos aquellos que lo han precedido, un cómic basado en el espectáculo gráfico. La acción relatada tiene siempre correspondencia con la construcción de la página, y es mantenida siempre en un registro narrativo que no es nunca ni decididamente dramático ni decididamente cómico. El efecto global es una parodia del género policíaco, que adopta de él, al mismo tiempo, métodos y efectos: un cómic de gran importancia y de enorme influencia sobre sus contemporáneos.
Lo vemos por ejemplo en la viñeta de The Spirit (arriba), donde uno de los dos personajes anuncia al otro la muerte de Spirit, el protagonista de la serie y torturado por ellos. Un momento que podría ser de gran tragedia, si no fuera porque todo lector sabe que el protagonista nunca muere, y el autor sabe que el lector lo sabe. Que Spirit no está verdaderamente muerto es obvio incluso por el modo caricaturesco en que están representados los dos matones y por el miedo irracional y grotesco que aparentan sus rostros. El autor nos está diciendo (gráficamente) que son estúpidos, que el héroe nunca pierde, y que éstas son las reglas del género, y nosotros lo sabemos y podemos incluso reímos de ello.
Las cosas cambian con las imágenes de Chester Gould. Esta pequeña galería de monstruos es un muestrario de personajes aparecidos en las historias de Dick Tracy. Se trata de algunos de los más impresionantes, pero leyendo los cómics de Gould se observa cómo los personajes positivos, normales, están configurados con un estilo extremadamente particular, fuertemente caricaturesco pero de ningún modo cómico.
Gould tiene un gusto especial por lo grotesco y lo horrible, y una gran ironía para representarlo. Dick Tracy, a diferencia de Terry y los piratas, y de The Spirií, no hace concesiones al humorismo. Es un policiaco de acción, cerrado, sin pausas narrativas, fascínante e implicador precisamente par este monolitismo. La caricatura tiene aquí únicamente una función expresiva: sirve para manifestar las personalidades con eficacia y rapidez. Todo aquello que habíamos dicho en el apartado anterior sobre las ventajas de la caricatura para el cómic humorístico en cuanto a concisión expresiva y narrativa, puede repetirse aquí para este cómic. Los guiones de Dick Tracy son verdaderas obras maestras de sencillez y consecuencia: no hay ni más ni menos que lo necesario para contar ia situación. A pesar de este aspecto, y quizá precisamente gracias a su uso genial de la caricatura, los personajes de Gould están extremadamente raracterizados, e incluso las apariciones ocasionales quedan a menudo impresas en la memoria del lector. La caricatura es utilizada para centrar la atención del lector sobre los elementos fundameniales de los rostros y de los objetos.
Pero se utiliza también para crear un efecto general de dureza e intensidad de las situaciones. La mandíbula cuadrada del protagonista, tan poco natural, representa el verdadero prototipo del mentón volitivo del hombre de acción norteamericano, como los rasgos de un modo u otro grotescos de los malos, representan la abyección y la crueldad.
Bajo este aspecto también el rostro caricaturesco del Joker (arriba) en las muy serias aventuras de Batman, representa la abyección y la crueldad. Único rostro caricaturesco en medio de figuras «realistas», el Joker se destaca por su absurdidad. Salpica de absurdo vicisitudes de otro modo demasiado previsibles. No por casualidad entre los coprotagonistas de la serie Batman. el Joker es desde siempre el que obtiene mayor éxito, el enemigo preferido del lector.