Edme Bouchardon nació el 29 de mayo de 1698 en Chaumont-en-Bassigny, en la actual Haute-Marne, en el seno de una familia de escultores y arquitectos. Su padre, Jean-Baptiste Bouchardon, era maestro escultor y trabajaba con regularidad para la intendencia local y la iglesia de Saint-Jean-Baptiste, mientras que su madre, Anne-Marie Le Gris, pertenecía a una familia de comerciantes acomodados de la región. El ambiente doméstico fue propicio para la práctica del dibujo y de la talla desde la infancia. Edme, el mayor de los hijos, mostró una inclinación temprana por el modelado y la observación de formas, y fue formado por su padre en los principios de la escultura tradicional francesa, basada en el estudio del cuerpo humano y en la copia de modelos antiguos. Su padre trabajaba con materiales locales —piedra y madera principalmente—, y esa experiencia inicial influyó en la precisión técnica del joven Bouchardon.
Durante su adolescencia en Chaumont participó en los trabajos del taller familiar, dedicados a la ornamentación de iglesias y a encargos civiles de pequeña escala. Existen documentos que lo mencionan colaborando con su padre hacia 1715, lo que sugiere que ya entonces dominaba las herramientas y los procedimientos básicos del oficio. En 1721 se trasladó a París para continuar su formación profesional. Allí ingresó en el taller de Guillaume Coustou, escultor del rey y figura destacada del academicismo francés. Coustou había sido él mismo discípulo de Coysevox y mantenía una enseñanza muy ligada al canon clásico. En ese ambiente, Bouchardon se familiarizó con la práctica del modelado en yeso, la ejecución en mármol y la preparación de relieves para concursos de la Real Academia.
En 1722 presentó una composición en relieve titulada "Gédéon choisit ses soldats en observant leur manière de boire", con la que obtuvo el prestigioso Prix de Rome de escultura, otorgado por la Académie Royale de Peinture et de Sculpture. Este reconocimiento le aseguró una pensión real y el ingreso en la Académie de France à Rome, donde debía completar su formación con el estudio directo de la Antigüedad y del Renacimiento italiano. Partió hacia Roma probablemente a fines de 1722 o comienzos de 1723, y se instaló en el Palazzo Mancini junto a otros pensionados franceses. Permaneció allí cerca de una década, hasta 1732, un periodo excepcionalmente largo que marcó profundamente su carrera.
En Roma realizó copias de esculturas clásicas y modelos de la antigüedad —entre ellas el "Fauno Barberini"— y estudió la anatomía con rigor. También ejecutó retratos y bustos de contemporáneos, como el del papa "Clemente XII", que le granjearon reputación entre los círculos diplomáticos y eclesiásticos. Mantuvo correspondencia regular con su familia y con la administración de la Academia, y sus informes anuales muestran una personalidad metódica, concentrada y poco dada a la vida social dispersa. Su interés por los monumentos antiguos lo llevó a recorrer Tivoli, Nápoles y la Campania, donde realizó numerosos apuntes de esculturas y ruinas. Esos cuadernos de viaje se conservan parcialmente y muestran su precisión en la observación del detalle arquitectónico.
En 1732 regresó a París y fue nombrado escultor del rey. Recibió alojamiento en el Louvre, privilegio reservado a artistas distinguidos, y comenzó a recibir encargos oficiales de importancia. En 1733 obtuvo el “agrément” de la Academia y en 1744 fue recibido formalmente como miembro con el envío reglamentario de una pieza de recepción. En 1745 fue designado profesor. Durante esos años de ascenso institucional trabajó en una serie de obras públicas y privadas, entre ellas los grupos escultóricos para el Basin de Neptuno en Versalles, realizados junto a otros artistas bajo la dirección de Edmé Bouchardon. Su participación en esos programas reales consolidó su posición en el medio artístico parisino.
En 1739 recibió del municipio de París el encargo de una fuente monumental en la rue de Grenelle. La "Fontaine des Quatre Saisons" fue diseñada y ejecutada por él entre 1739 y 1745, y se convirtió en uno de los proyectos urbanos más ambiciosos de la capital bajo el reinado de Luis XV. La obra implicó la colaboración de canteros, fundidores y grabadores, y requirió extensos preparativos administrativos. Bouchardon supervisó personalmente la ornamentación escultórica y la disposición arquitectónica, lo que le dio experiencia en el trabajo de gran escala. La fuente fue inaugurada oficialmente en 1745.
Paralelamente, en 1746 presentó el modelo de "L’Amour se faisant un arc de la massue d’Hercule", que realizó en mármol entre 1747 y 1750. Esta obra, aunque muy conocida posteriormente, fue entonces apreciada sobre todo por su virtuosismo técnico. La escultura fue destinada al palacio de Versalles. Durante esos mismos años, Bouchardon recibió encargos para retratos en busto de miembros de la corte y del entorno real. El retrato del conde de Maurepas y el de la reina María Leszczynska figuran entre los más citados en los registros contemporáneos.
Además de escultor, fue diseñador de medallas y jetones para las festividades del rey. Desde 1737 aproximadamente y durante cerca de veinticinco años, ideó los "médailles de la ville de Paris" y los "jetons du roi" para las fiestas de fin de año, que eran distribuidos como obsequios oficiales. Se conservan numerosos dibujos preparatorios de esas piezas, cuidadosamente fechados y anotados por él, que muestran su disciplina y su gusto por la exactitud.
En 1748 la ciudad de París le confió el encargo de una "Estatua ecuestre de Luis XV" destinada a la Place Louis-XV, actual Place de la Concorde. Fue su empresa más ambiciosa y la que ocuparía los últimos años de su vida. Trabajó intensamente en los modelos y estudios preparatorios, y la fundición en bronce se realizó en 1758. Bouchardon supervisó las operaciones, pero no alcanzó a ver la instalación del monumento, que se concretó después de su muerte. La estatua fue destruida durante la Revolución Francesa, pero los documentos conservados muestran la envergadura técnica y logística del proyecto.
Durante la década de 1750 su reputación era la de un artista sólido, reservado y profundamente comprometido con la enseñanza académica. Como profesor de la Academia, se dedicó a la formación de jóvenes escultores, insistiendo en el estudio del dibujo y en la observación de la naturaleza. Sus alumnos destacaron la claridad con la que explicaba las proporciones del cuerpo y la estructura del movimiento. Sus intervenciones en las deliberaciones de la institución reflejan una actitud moderada, respetuosa de la tradición, pero abierta al perfeccionamiento técnico.
En cuanto a su vida privada, Edme Bouchardon permaneció ligado a su familia de Chaumont. Mantuvo correspondencia frecuente con su padre hasta la muerte de este, ocurrida el 15 de enero de 1742. En 1737 había fallecido también su madre. Su hermano menor, Jacques-Philippe Bouchardon, se formó como escultor y trabajó con él en París durante algunos años, entre 1734 y 1739 aproximadamente. Edme lo hospedó en su apartamento del Louvre y le proporcionó materiales y contactos para sus primeros encargos. Cuando Jacques-Philippe regresó a Dijon y más tarde a Chaumont, continuó la tradición familiar. Se conserva un intercambio epistolar entre ambos que muestra el afecto y el tono paternal que Edme adoptaba con su hermano.
No hay registros confiables que indiquen que Edme Bouchardon haya contraído matrimonio o tenido descendencia. Ningún documento notarial o testamento conocido menciona esposa ni hijos. Su vida parece haber sido discreta y consagrada al trabajo. Los contemporáneos que lo conocieron, como el conde de Caylus, lo describen como un hombre de costumbres austeras, de salud frágil y de temperamento tranquilo. A pesar de su posición como escultor del rey, llevó un modo de vida sobrio, limitado a sus funciones en el Louvre y a las tareas académicas.
A mediados de los años cincuenta comenzaron a manifestarse problemas de salud. Las cartas de la Academia registran ausencias por enfermedad y dificultad para sostener los trabajos de gran esfuerzo físico. Sin embargo, continuó atendiendo encargos menores y supervisando su taller. En 1758, con motivo de la fundición del caballo de Luis XV, viajó varias veces a los talleres de fundición de la Manufacture royale de canons, donde revisaba los moldes y las proporciones. El peso del trabajo y la prolongada exposición al calor le ocasionaron un deterioro notable.
En 1761 redactó su testamento, en el que nombró herederos a sus sobrinos y a algunos colaboradores de su taller. Murió en París el 27 de julio de 1762, a los sesenta y cuatro años. Su entierro tuvo lugar en la parroquia de Saint-Germain-l’Auxerrois, cercana al Louvre. La Académie Royale publicó un aviso fúnebre que mencionaba su dedicación al estudio y su fidelidad al servicio del rey.
Edme Bouchardon había representado, en su vida profesional, el modelo del artista académico del siglo XVIII francés: disciplinado, consciente de la jerarquía de géneros, atento a la relación entre la práctica del taller y la función pública del arte. Sus cuadernos de estudio y los registros de su paso por Roma constituyen una fuente excepcional sobre la formación de los escultores franceses en el extranjero. La correspondencia familiar preservada en Chaumont muestra a un hombre afectuoso con los suyos y preocupado por el prestigio de su apellido. Aunque su existencia transcurrió en gran medida dentro de los límites institucionales del arte oficial, su recorrido vital está documentado en casi todas sus etapas, desde el aprendizaje inicial en el taller paterno hasta la dirección de proyectos monumentales para la monarquía.