Quentin Massys fue un pintor flamenco activo principalmente en Amberes entre finales del siglo XV y comienzos del XVI. Su obra puede agruparse en tres grandes categorías: pintura de tema religioso, escenas moralizantes o de género, y retratos individuales o dobles. Desde su arribo a Amberes en 1491, su estilo fue evolucionando a través de influencias propias de la tradición flamenca como Dirck Bouts, Memling y Van der Weyden, a las que sumó recursos derivados del renacimiento italiano, sobre todo a través de estampas inspiradas en Leonardo da Vinci y de contactos directos con artistas como Dürer y Holbein.
En sus primeros cuadros religiosos, como la "Virgen con el Niño" (1496), se advierte una intensidad espiritual y una minuciosidad en el detalle cromático característica del primitivismo flamenco, con ricos pigmentos transparentes de inspiración van Eyckiana. Esta serie incluye también obras fechadas posteriores como el "Tríptico de Santa Ana" (1507–09) y la "Lamentación de Cristo" (1510) para la catedral de Amberes, ambas conservadas en museos nacionales. En ellas, Massys mantiene el rigor de contornos heredado de Van der Weyden y el esplendor de color de Memling y Van Eyck, con composiciones densas de figuras piadosas en ambientes arquitectónicos o naturales sobrios.
Con el paso del tiempo, su atención se desplazó a escenas moralizantes y de la vida cotidiana, introduciendo ingredientes satíricos y de crítica social. En obras como "El cambista y su mujer" (1514), representa por primera vez en la pintura europea escenas de género. En este caso muestra a un hombre contando monedas mientras su esposa reza casualmente, en una imagen donde conviven un bodegón detallado de monedas, joyas y libros, y una puerta entreabierta al fondo. A través de este contraste entre devoción y avaricia, Massys inauguró la pintura moralista para coleccionistas privados y sentó un precedente que siguieron su hijo Jan y otros como Marinus van Reymerswaele. Según especialistas, esta obra presenta una doble lectura sobre la moral en tiempos de expansión económica.
Ese interés por el escrutinio social se expresó también en "Matrimonio mal emparejado" (1525_1530), donde aparece una pareja contrastante en edad o posición, reflejando las tensiones del matrimonio por conveniencia. Esta obra se inscribe dentro de una tradición de crítica que recurre a ejemplos literarios y visuales para exponer el contraste moral. En otras como "Matrimonio desigual" (c. 1525–30) emplea modelos grotescos directamente inspirados en dibujos de Leonardo, al menos en su parte central, y toma detalles de su circulante iconografía italiana.
El retrato es otro aspecto relevante en su producción. Ejemplos como el Retrato de Erasmo (c. 1517), Peter Gillis, y particularmente el "Retrato de anciano" (1517) revelan un interés por la representación individualizada y realista, con rasgos a veces expresivos y hasta caricaturescos, muy influidos por las “grotesque heads” de Leonardo y por la proximidad al retrato alemán de Holbein y Dürer. Massys evitó idealizar sus modelos, prefiriendo mostrar arrugas y detalles que humanizan la figura.
En ese mismo sentido satírico y desmitificador hay que situar la famosa obra conocida como "La duquesa fea" (c. 1513), retrato con rasgos grotescos que puede ser una persona con enfermedad ósea o una figura simbólica asociada a Margarita de Tirol o a la crítica de la locura promovida por Erasmo. En esta obra se observa el uso de hojas de graffito y texturas cuidadas en tela y piel.
Además de escenas de tipo moralista o religioso, Massys también trabajó grandes retablos religiosos en su fase madura. En "La adoración de los Reyes Magos" (1526) desarrolla una composición más ornamentada, con influencia del manierismo de Amberes: multitud de detalles dorados, figuras exageradas y reflejos de riqueza, así como representación de personajes diversos, incluso con fisionomías africanas, reflejo implícito del comercio local.
En obras de gran formato como el "Cristo presentado al pueblo", se repiten esas densas agrupaciones, con contornos firmes, capas de pintura fondeada y de textura trabajada mediante técnicas como el punteado y el sgraffito. El empleo de sutiles veladuras y el modelado del color refuerzan la conexión con Van Eyck y la escuela flamenca, mientras que las figuras grotescas y exageradas evocan a los dibujos leonardescos que circulaban en Amberes.
En síntesis, la obra de Massys configura un puente entre dos mundos: por un lado el peso de la tradición flamenca —la religiosidad, la precisión en el detalle, los pigmentos ricos y el dibujo nítido—, y por otro, la recepción de modelos italianos a través de Leonardo y estampas, así como la influencia más directa de pintores del norte como Dürer o Holbein. Se destacan su capacidad para condensar lo religioso, lo satírico y lo retratístico en géneros diversos, sin dejar de lado un carácter moralista, ni la dimensión crítica. Su desarrollo permitió la evolución de la escuela de Amberes hacia composiciones más cargadas, individualistas y sociales, asentando un lenguaje renovado en el arte del norte europeo del siglo XVI.