Klimt logró por primera vez el reconocimiento como pintor decorativo de escenas y figuras históricas gracias a sus numerosos encargos para embellecer edificios públicos. Continuó refinando las cualidades decorativas de modo que los patrones aplanados y brillantes de sus composiciones casi abstractas, lo que ahora se conoce como sus obras de la "Fase Dorada", finalmente se convirtieron en los verdaderos temas de sus pinturas.
Aunque un pintor de "bellas artes", Klimt fue un destacado exponente de la igualdad entre las bellas artes y las artes decorativas. Habiendo logrado parte de su éxito inicial pintando dentro de un marco arquitectónico más amplio, aceptó muchos de sus encargos más conocidos que estaban diseñados para complementar otros elementos de un interior completo, creando así una Gesamtkunstwerk (obra de arte total). Más adelante en su carrera, trabajó en concierto con artistas de Wiener Werkstätte, la organización de diseño austriaca que tenía como objetivo mejorar la calidad y el atractivo visual de los objetos cotidianos.
Klimt fue uno de los fundadores más importantes de la Secesión de Viena en 1897, y fue su presidente inicial, aunque fue elegido menos por su obra completa (relativamente pequeña en ese momento) que por su personalidad juvenil y su voluntad de desafiar a la autoridad. Su contundencia y fama internacional como el pintor más famoso del Art Nouveau contribuyeron en gran medida al éxito inicial de la Secesión, pero también a la rápida caída de prominencia del movimiento cuando lo abandonó en 1905.
Klimt nunca se casó; nunca pintó un solo autorretrato con esa intención; y nunca pretendió estar revolucionando el arte de ninguna manera. Klimt no viajó mucho, pero salió de Austria en varias visitas a otros lugares de Europa (aunque en una ocasión que visitó París, no quedó nada impresionado). Con la innovadora Secesión, el objetivo principal de Klimt fue llamar la atención sobre los artistas vieneses contemporáneos y, a su vez, llamar su atención sobre el mundo mucho más amplio del arte moderno más allá de las fronteras de Austria. En este sentido, Klimt es responsable de ayudar a transformar Viena en un centro líder para la cultura y las artes en el cambio de siglo.
A pesar de su fama y generosidad al ser mentor de artistas más jóvenes, incluidos Egon Schiele y Oskar Kokoschka , Klimt prácticamente no tuvo seguidores directos y su trabajo ha sido considerado constantemente como muy personal y singular, incluso hasta el día de hoy. Sin embargo, sus pinturas comparten muchas características formales y temáticas con los expresionistas y surrealistas de los años de entreguerras, aunque muchos de ellos pueden no haber estado familiarizados con el arte de Klimt.
Si bien algunos críticos e historiadores sostienen que la obra de Klimt no debería incluirse en el canon del arte moderno , su obra -particularmente sus pinturas posteriores a 1900- sigue siendo sorprendente por sus combinaciones visuales de lo antiguo y lo moderno, lo real y lo abstracto. Klimt produjo su obra más importante durante una época de expansión económica, cambio social e introducción de ideas radicales, y estos rasgos son claramente evidentes en sus pinturas. Klimt creó un estilo muy personal y el significado de muchas de sus obras no se puede descifrar completamente sin el conocimiento de sus relaciones personales con las personas representadas y, debido a la cuidadosa discreción de Klimt en su vida privada, probablemente nunca se comprenderá completamente. Otras obras son prácticamente inescrutables debido a la desconcertante disposición de su contenido. No obstante, se podría decir que esta situación contribuye a la estatura de Klimt, ya que sus pinturas estarán continuamente envueltas en algún tipo de misterio e invitarán a innumerables interpretaciones y una intensa reflexión crítica.