Giuseppe De Nittis, competente paisajista, cuidadoso retratista y observador del mundo, puso en práctica sus virtudes artísticas haciendo suyos los estímulos percibidos por la realidad circundante, la influencia macchiaioli y la explosiva corriente impresionista, fusionándolos en un único estilo, su propia, exclusiva y personal visión del arte. Si los comienzos del artista fueron autodidactas, porque era intolerante con la enseñanza conformista, en cambio se vio estimulado por los fermentos innovadores que pululaban en la segunda mitad del siglo XIX. Captó todas las novedades, conoció primero el pensamiento y la técnica de los Macchiaioli florentinos y, más tarde en Francia, los de los impresionistas. Sin embargo, De Nittis realizó hábilmente su propio lenguaje artístico de efecto que le permitió ganarse la aprobación de la crítica y del público.
Fue un pintor refinado, hábil y, al mismo tiempo, atrevido, un talento natural, refractario a la inflexibilidad de las normas doctrinales de los institutos de arte, haciéndose, sin embargo, un hueco en el cosmos policromo del arte. Desde muy joven comenzó a apropiarse de luces, atmósferas y colores para satisfacer su innata curiosidad de asimilación, primero en su ciudad natal y poco a poco en todos los lugares en los que tuvo la oportunidad de permanecer. De Nittis ejecutó sus primeras obras en pequeños soportes, destacando el detalle que caracterizaba el punto de vista (el marco de una ventana o una balaustrada...), hasta el punto de que podía denominarlas «habitaciones con vistas».
La suya era una pintura verista y, compartiendo el criterio de la fotografía que acababa de descubrir, en los primeros días de su estancia en París, realizaba cuadros observando las vistas que aparecían ante sus ojos, ese encuadre que captaba desde la ventanilla del carruaje público alquilado y, mientras estaba aparcado en medio del bullicio de la vida urbana, lo utilizaba como un atelier en plein air.
De Nittis iba a ser el artista que «pinta bien a la gente buena» y encarnaba plenamente el apelativo que se le había dado. De hecho, se definió como le peintre des parisiennes y, para resaltar cada pequeño detalle de los retratos, no utilizó la pincelada rápida típica de los impresionistas, sino que, en este caso, empleó un pincel de punta fina. El artista, personaje polifacético, probó diferentes técnicas que requerían conocimientos y habilidades específicas tanto en el trazado como en los materiales. Recorrió el universo del arte y, en su obra, utilizó el óleo, experimentó con el pastel, la acuarela y el temple, así como con la punta seca y el grabado.
Paola Iazurlo, restauradora del Icr, institución encargada de analizar los soportes, preparaciones, pigmentos, barnices y nuevos productos utilizados por el pintor, señala en el artículo "De Nittis moderno anche per tecnica e materiali", que hasta ahora sólo ha sido estimado por estilo, señalando:
El Istituto Centrale per il Restauro (Icr) ha realizado en la Pinacoteca pugliese un taller didáctico destinado a la catalogación técnico-conservativa de las obras de Giuseppe De Nittis, [...]. El taller forma parte de un proyecto de investigación más amplio del Icr dedicado al estudio de la técnica pictórica del maestro llevado a cabo con la Pinacoteca di Barletta, [...] A pesar de la gran fama del pintor, hasta ahora sus obras habían sido investigadas principalmente desde un punto de vista histórico-artístico, descuidando los aspectos técnicos.
Al probar el grabado, De Nittis experimentó con la técnica del puntillismo (por ejemplo, "Vista de Londres bajo un puente ferroviario", 1884), el aguafuerte (por ejemplo, "Étude dans mon jardin", 1881) y el aguatinta. Estas técnicas pertenecen al ámbito del grabado artístico. Mediante el grabado se pueden reproducir dibujos sobre una matriz rígida de metal o madera. En la punta seca, la matriz se graba directamente con una punta afilada y dura, y este proceso se denomina modo directo de grabado. Los modos indirectos son el aguafuerte y el aguatinta, en los que el grabado se confía al poder corrosivo del ácido. Recientemente, el Gabinetto Nazionale delle Stampe de Roma ha conseguido un grupo muy importante de aguafuertes de De Nittis procedentes de la colección de Philippe Burty.