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Joaquín Sorolla y Bastida: Análisis de su obra

El estilo de la pintura de Joaquín Sorolla ha sido dividido por sus biógrafos en cuatro etapas:Formación, consolidación, culminación y una etapa final en la que se dedicará a la decoración de la biblioteca de la Hispanic Society de Nueva York. Sorolla que mostró desde pequeño gran interés por la pintura, comenzó su formación con clases nocturnas de dibujo, y pasó después a la Academia de Bellas Artes de San Carlos.

Esta etapa comenzará con una pintura de tipo social, la temática de moda en el momento, donde la influencia de Velázquez (al que había conocido visitando el Museo del Prado). Destacan cuadros como Otra Margarita, Trata de Blancas o Triste Herencia obra con la que Sorolla ganará el Gran Prix de París, máximo galardón internacional del momento, en el año 1900.

A partir de 1894, además, comienza una transformación en esta pintura costumbrista con la introducción del tema marinero, las gentes del mar, y finalmente, la temática de la playa con obras como "La vuelta de la pesca".

Aunque es conocido principalmente por sus pinturas de playas soleadas y sus relajadas escenas de playa , Joaquín Sorolla también pintó escenas de género, especialmente en los primeros años de su carrera. En sus primeros cuadros retrata la vida de las clases populares de Valencia, especialmente escenas de trabajo relacionadas con la pesca y el mundo marinero, en las que humildes campesinos y pescadores son los protagonistas.

Hacia el final de su carrera, Sorolla recibió el encargo de la Hispanic Society de Nueva York de realizar una serie de cuadros de costumbres populares y pintorescas de las distintas regiones de España. En ellos podemos ver de nuevo a Sorolla como pintor de género .

Pero sin duda, Sorolla fue el pintor español de la luz por excelencia, siendo uno de los representantes del Neoimpresionismo en España. Como otros impresionistas , Sorolla trabajó al aire libre, en plein air , intentando captar con sus pinceles la luminosidad mediterránea. Sus escenas junto al mar recuerdan la fascinación de otros impresionistas como Claude Monet por los diferentes matices y matices de la luz sobre el agua y las escenas de veleros de Édouard Manet en Argenteuil.



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