Artemisia Gentileschi fue una de las primeras mujeres artistas que triunfaron en el siglo XVII. Siguiendo los pasos de Caravaggio, sus pinturas barrocas fueron algunas de las más dramáticas y dinámicas de su generación, y se hizo famosa por su realismo y su logrado uso del claroscuro.
Gentlieschi mezcló las técnicas barrocas con el naturalismo, creando personajes femeninos en el lienzo con mayor resonancia emocional que los de sus homólogos masculinos, como Caravaggio. Aunque estilísticamente la obra de Artemisia Gentileschi es deudora de la de Caravaggio y su padre Orazio, sus cuadros hacen mayor hincapié en el realismo que los de sus predecesores. Sus composiciones son también más enérgicas y a lo largo de su carrera fue refinando cuidadosamente el uso de la textura y el color, llegando a ser conocida por sus ricos tonos joya y sus realistas tonos de piel.
Su experiencia adolescente de agresión sexual afectó a gran parte de su obra, y los temas del abuso de autoridad, la violación y la violencia impregnan muchos de sus cuadros. Es probable que pintar estos temas le permitiera procesar el trauma de la agresión y buscar venganza y reparación a través de sus obras.